domingo, 10 de abril de 2011

El Propósito de la educación... el fin último... ¡TRABAJAR!, seamos sinceros.


Poco queda por decir, después de tanto que he leído estos días. Quizá por eso me ha costado dar el paso. ¿Tal vez por miedo a esa gente tan dispuesta a criticar sin aportar nada?

Cuando pienso en el propósito de la educación  no soy capaz de generalizar. Porque depende de la edad-madurez de los niños. Lo dividiría en tres etapas. Pero no voy a establecer con claridad las edades porque no creo que deba de ser así, cada niño tiene talentos y capacidades diversas.

·         Primera etapa: En las edades más tempranas, la educación debería dar herramientas e ilusionar por descubrirlas.

·         Segunda etapa: En una edad cercana a la decena, esos niños debieran seguir profundizando en las herramientas a la vez que desarrollaran estrategias para descubrir qué hacer con ellas. Siempre dirigidos por un “maestro” que plante semillas de curiosidad.

·        Tercera etapa: A partir de entonces el volumen de lo “memorizado" debe ir reduciéndose a medida que se aprende a investigar, razonar, explicar, compartir, dialogar, debatir, etc. en grupo o individualmente. Siempre, dirigidos por un profesor que ayude a descubrir en cada alumno cuál es su talento, su pasión. La que será la profesión de su vida.

Seamos sinceros, realistas y prácticos. No debemos olvidar que el fin último de la educación (obviando, no por menos importante sino por obvio, aquello que tenga que ver con las normas de  educación, convivencia, la tolerancia, etc.) es el de pasar a formar parte de un sistema productivo. Vivimos una sociedad y nos necesitamos unos a otros. Pero al final, como las hormigas, nos vemos abocados a cumplir un papel al llegar a una edad adulta.

La educación formal debe ahorrarnos el trabajo de aprender lo que otros ya descubrieron antes (etapa de herramientas) y enseñarnos a usarlas con espíritu crítico y constructivo (segunda etapa). Para que, al final, decidamos cuáles son las que preferimos para profundizar en su aprendizaje (tercera etapa) y desarrollemos nuestra profesión en algo que nos haga sentir satisfechos, porque se nos dé bien y nos guste. (Al menos deberíamos intentarlo ¿no?)

Es triste que por lo mediocre y estándar que es nuestra educación prácticamente nadie sepa qué es lo que quiere hacer con su vida. Y que los que lo creen saber, se dirijan hacia unos estudios que, bien no son demandados por el sistema, o bien lo que se aprenda (memorice en muchos casos)  nada tenga que ver con la realidad laboral que después se encontrará.

¿Quizá debiéramos plantearnos a qué edad está el problema? No tengo claro que la educación esté en crisis en las etapas tempranas de los niños (en el aprendizaje de las herramientas). En general van muy ilusionados al colegio. Así que, ¿a qué edad comienza a haber fricciones? ¿Cuándo los niños demandan otro tipo de aprendizaje que no se les da? ¿Cuándo empieza a haber “tensiones”? Tensiones, que terminan años después en fracaso escolar, desinterés, desmotivación, falta de atención, absentismo, etc.

¿Qué estamos haciendo bien y mal?

16 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu post, Laura. Me parece una gran idea que empecemos a centrar el debate tratando de concretar algunas cosas que son muy relevantes; una de ellas es que el propósito de la educación en cada etapa es sustancialmente distinto, y que el propósito general puede no coinicidir con el de cada etapa de madurez o de desarrollo.

    Otro detalle que apuntas, importantísimo, es el de la tolerancia y la convivencia. No está de más explicitarlo, no vaya a ser que se nos olvide...

    Y por último, me encanta la visión de que cada persona pueda encontrar aquello en lo que es buena. Eso sí que cambiaría las cosas... y entronca un poco con esos otros artículos que hablan de felicidad...

    Y no sigo que me enrollo.

    Gracias por tu reflexión, por tu lúcida aportación al debate.

    María

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  2. Es verdad que la mayoría de los críos van las aulas de infantil, una vez pasado el choque inicial, contentos.
    El primero es en muchos casos el primer problema, cuando queremos que todos aprendan a la vez sin tener la misma madurez.
    Luego se amplifican las deficiencias, y tenemos que estudiar por qué para evitarlas.
    De todas formas, la inmensa mayoría del alumnado que fracasa en la ESO ya está señalado en el programa de tránsito.
    Tenemos que bajar a la tierra y empezar a pensar, como bien dices, qué hacemos mal, o mejor dicho cómo tenemos que hacerlo para que los resultados sean mejores. Y no hablo sólo de resultados académicos.

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  3. Un buen post, con frases muy certeras. Voy a comentar a esta: "Es triste que por lo mediocre y estándar que es nuestra educación prácticamente nadie sepa qué es lo que quiere hacer con su vida." Y cada vez ocurre más.
    Está claro que debemos buscar donde esta el eslabón perdido, uno de los objetivos es el conocimiento de uno mismo, sus virtudes, y sus limitaciones, y cada vez les resulta más difícil. Muchos alumnos saben qué hacer con sus vidas, pero no es lo que otros esperan de ellos, y no han madurado lo suficiente como para ser capaces de luchar por ello. Otros alumnos no saben por donde tirar, entre otras cosas porque los “adultos” no somos sinceros con ellos por temor a herirles, y "escondemos" sus limitaciones haciéndoles “favores”que no lo son, con lo cual fracasan en campos que no son los suyos, les creamos unas espectativas que el tiempo se encarga de derribar encima de ellos, todos tenemos habilidades, todos podemos hacer algo bien, yo creo que algunos de mis alumn@s fracasan (en bachillerato) porque no están donde deben, y se hunden por no haber estado preparados para tomar la decisión adecuada.
    De todos modos, no creo que nuestra educación sea mediocre, si que es estándar, pero sobre todo no es adecuada a los nuevos tiempos, ni en contenidos (!apenas han variado en años!) ni en metodología, yo alucinaba con los libros de texto, y a ellos les alucinan otras herramientas que deben ser usadas, para hablar su mismo lenguaje.

    Siento alargarme en el comentario, es lo bueno de post como el tuyo, que educan mi pensamiento porque lo ponen en marcha. Gracias

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  4. ¡Gracias María (Nicolasa)!
    Me sentía un poco cohibida, porque no tenía claro si mi post estaba en la línea de lo que se esperaba.
    Lo que digo lo digo tanto porque soy madre de niños en edad escolar, como porque doy clase a chicos y chicas que veo muy desmotivados, sin interés por nada y sin ganas de esforzarse. Porque no les compensa. Y muchas veces viendo a mis hijos y observando a mis alumnos me pregunto. ¿En qué momento Se "tuercen" las cosas y por qué?

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  5. ¡Gracias a ti también, Engracia!
    Estoy segura de que no es necesario cambiarlo "todo" que mucho de lo que hacemos está bien. Pero que hay cosas que corregir, eso también está muy claro.
    Seguro que daremos con la respuesta entre todos :D

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  6. Manuela, da gusto sentirse acompañada con vuestros comentarios. Si a ti te "mueve el pensamiento" mis frases. Te aseguro que a mí las tuyas (las de las 3, María, Engracia y las tuyas) me motivan a seguir en marcha.
    Algo va a cambiar, más pronto que tarde...
    un abrazo!

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  7. Hola Laura,

    Gracias por tu aportación al debate, creo que es realmente interesante. Me gustaría quedarme con la idea de lo esencial en las etapas y con la idea de que el problema no reside en las etapas mas tempranas... ¿o si? :)

    Sinceramente, pienso que la idea de que solo unos cuantos decidamos lo que es mejor para nuestro alumnado es un error muy grande, simplemente por el hecho de queda cada alumno y cada alumna, es único, diferente e irrepetible, y por lo tanto, no vale seguir haciendo lo mismo año tras año, escuela tras escuela. Creo sinceramente, que problemas hay en todas las etapas, y eso depende realmente del centro y de sus circunstancias, pero sinceramente, me atrevería a decir que un alto porcentaje depende la concienciación de los maestros/as de esa escuela y de la apertura del centro a la comunidad en el que se encuentra. Considero que uno de los mayores problemas que debemos de afrontar es el de replantearnos los tiempos.

    Hoy, después de unos cuantos años de estudio y de trabajo como maestro, no estoy convencido de saber lo que es mejor para cada alumno/a, y por lo tanto no creo en la necesidad imperiosa de decidir que el alumnado de infantil debe aprender a leer y a escribir en la escuela. Creo que nos cegamos por los contenidos y el estar preparados para la sociedad, y queremos que lleguen a esa madurez sea como sea, en el menor tiempo posible, aunque eso suponga acabar con fases fundamentales de su vida, que debe vivir y en los que debe desarrollarse en plenitud y que por lo que parece, nos estamos dispuestos a renegar en muchos de nuestros centros.

    Puede parecer duro, pero creo que hemos olvidado aspectos fundamentales desde las etapas más tempranas, saltándo cosas básicas como son la manipulación, la experimentación y el juego antes de llegar a la fase de abstracción, y además, todo ello basado en la premisa de estar mejor preparado para la sociedad o simplemente porque queremos que nuestros niños/as sean mejores, sin pensar realmente si saber leer o escribir con 4 años es mejor que perder fases fundamentales de su desarrollo. Creo que debemos pasar por un profundo proceso de reflexión conjunta con familias y alumnado, aprender a escuchar, a observar y a valorar algo más que meros resultados "objetivos" y "cuantificables". Tenemos miedo a que nuestro hijo/a no esté preparado por no pasar por donde hemos pasado o por donde la sociedad dice que debe pasar y cumplir los tiempos, y quizás, sea un error que debamos corregir. De hecho, hay gente que ya lo tiene muy claro.

    Un abrazo y espero haberme explicado.

    Saludos!

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  8. Voy a disentir un poco si me dejáis, o tal vez no disiento, sino que no he entendido bien.
    Me explico.
    Si bien es cierto que no es lo mismo una criatura de infantil que de secundaria, yo no veo tan clara la progresión "herramientas- uso- investigación", lo digo desde la perspectiva de haber tenido la suerte de planificar de forma conjunta secuencias didácticas y, o, proyectos de trabajo con maestras desde infantil de 3 años hasta últimos cursos de primaria.
    Las herramientas se aprenden usándolas en proyectos de investigación desde infantil, esa es mi perspectiva y también mi experiencia.
    Un proyecto de investigación puede ser igualmente apasionante en 3 años y en 16 años, claro está, ni los productos ni el nivel de uso de las herramientas es el mismo, pero se usan.
    La enseñanza de la lectura y la escritura depende desde que perspectiva se aborde puede ser algo traumático o un proceso apasionante que comienza casi cuando empezamos a ver el mundo.
    Aún recuerdo un grito de mi hija en el coche que me dio un susto de muerte para decir emocionada:
    .- mamá ahí hay letras
    Trabajar desde infantil las cosas apasionantes abre un mundo maravilloso de posibilidades, yo he visto clases de 3 años investigando sobre el universo en las que las niñas y niños hablaban, leían y escribían (debemos revisar lo que entendemos por leer y escribir) textos con un vocabulario alucinante sobre galaxias o agujeros negros y lo vivían de un modo apasionante.
    Os pongo dos enlaces que muestran un poco de lo que quiero decir:
    http://aprenderhablando.blogspot.com/2011/03/proceso-para-hacer-una-exposicion-oral.html
    http://aprenderhablando.blogspot.com/2011/04/preparacion-guion-escrito-2.html
    Aprender es un proceso apasionante, si conseguimos transmitir eso, muchas cosas mejorarán en nuestras escuelas y pueden ir de la mano de las emociones, del cariño, de la cercanía de las familias, del juego.
    Lo de preparar para una profesión es otra cosa, yo creo que debemos de entusiasmar en el deseo de conocer, de aprender y debemos generar personas capaces de aprender de forma autónoma, de ser flexibles y de apasionarse por muchas cosas.
    Lo importante no es que trabajes en lo que te apasione, sino que ser capaz de que te apasione en lo que trabajas.
    Porque al final el trabajo por desgracia no lo elegimos nosotros y además la vida es mucho más que trabajo

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  9. Hay varias cosas que quiero comentar a tu respuesta ((Olmos). Obviamente todo lo que diga está influido por varias cosas, no doy clase a las etapas básicas, me centro en alumnos de ciclos de FP, con lo cual desconozco mucho de todo lo anterior, en ese aspecto hablo como madre de tres niños de 5, 9 y casi 11 años. Y tengo la suerte de llevarles a un colegio concertado donde los métodos no son las tradicionales (a pesar de parecerse mucho, como es lógico, por tener que seguir la norma). Así que tampoco tengo todos los parámetros en mis manos.
    Como bien dices no podemos decidir unos pocos no podemos decidir, deberíamos ser muchos ¡Obvio! Pero yo, como madre, tampoco sé con certeza qué es lo mejor para mis hijos y lo intento “adivinar” de mi experiencia como hija, de la información que he buscado y de mis intuiciones. A modo de ejemplo, Lo que está claro, es que yo aprendo a la vez que hago; y si me dedico a escribir un blog sobre su educación (qué es lo bueno o lo malo)y a discutir cómo educarles, estos crecerán y dejaré de estar a tiempo de tomar medidas. Todos aprendemos de nuestros errores.
    Yo creo, de lo que yo percibo cuando mis alumnos llegan a mí, que el daño ya está hecho y que haga lo que haga, me cuesta arrancar un atisbo de ilusión, motivación, energía y ganas de hacer (gracias a Dios siempre hay excepciones. Pero yo quiero que sea al contrario… ¡¡quiero que haya desmotivados excepcionales!!)
    Si les hago participar en una red social como Gnoss. Consigo que algunos se animen y hagan un poquito más. En cuanto les permito hacer la clase más práctica, y yo hablo menos (teoría dura), participan más. ¡¡Están deseosos de hacer y no de escuchar tanto!!
    Pero se quejan. Se quejan porque no están acostumbrados a “hacer”. Es una contradicción en sí misma, pero es así. Se lo pasan mejor, aprenden más y percibo que están más atentos (en general) pero se quejan porque no quieren trabajar todos los días, porque quieren que les ponga las cosas fáciles (¡cómo si lo que se fueran a encontrar después lo fuera, qué ilusos!)
    Estoy completamente de acuerdo contigo en que el aprendizaje debe de ser un juego. Debemos darles pistas para descubrir por ellos mismos. Pero tenemos dos parámetros a día de hoy incuestionables: el tiempo y los contenidos. El tiempo, poco podemos hacer por cambiar su ritmo. Los contenidos ¿están bien estructurados? Esos mínimos establecidos por ley son los adecuados. ¿no están obsoletos para algunas cuestiones? Alguien decía en una ponencia recientemente, que qué necesidad había de aprenderse de memoria todos los ríos si se podían encontrar en Internet en segundos. La Tecnología ha cambiado nuestra forma de vivir. Ya no aprendemos muchas cosas que antes memorizábamos (teléfonos, calles, cumpleaños, etc…) ahora aprendemos maneras de organizar la información y de buscarla de manera efectiva. ¿y eso no debiera ser igual en la educación?
    Tenemos miedo a cuestionarlo todo porque “Siempre ha sido así, y debe de seguir siendo” Pero eso no es cierto. Los tiempos han cambiado, nuestra forma de vivir y ser ha cambiado. Hemos de adaptarnos, simplemente, SIN NOSTALGIAS equivocadas.

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  10. Laura, antetodo gracias por ser nuestra anfitriona; estoy de acuerdo con carmenCa en cuanto a que las herramientas, el uso y la aplicación no responden necesariamente a un etapa del desarrollo sino que pueden ir de la mano en todas las etapas. En el colegio de mis hijos se aplica este prinicipio de unidades de indagación; sin embargo me encantó la frase (concepto) de "dar herramientas e ilusionar por descubrirlas. Y en este aspecto, vosotros los "maestros" jugais un rol escencial. Un buen "maestro" es ese que logra prender el motor de la curiosidad que todos llevamos dentro!

    Y en cuanto al comentario de Olmos, quisiera retomar la frase "... queremos que lleguen a esa madurez... en el menor tiempo posible". Pienso que esta es una de las bases del problema educativo español: se quiere que los niños crezcan lo más rápido posible para que dejen de ser la responsabilidad y una carga para los padres lo antes posible! Y no sólo en términos de aprendizaje académico, también en términos de habilidades cotidianas! Si aprende rápido a leer, ya podrá hacer sus deberes solo! Es triste, pero es lo que veo a mi alrededor.

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  11. Hola Carmenca! Probablemente no es que no hayas entendido bien si no que con 500 palabras he querido decir más de lo que he sabido resumir.
    Cuando hablo de “herramientas” me refiero a que partimos de cero, y los peques deben aprender a usar el lenguaje, los números y las operaciones… es decir, las armas que les servirán de base para el resto de su vida educativa. Con esto no digo que la manera de aprenderlo deba de ser atado a una silla y repitiendo, cual loro el abecedario y las tablas de multiplicar. ¡¡Todo lo contrario!! Además, estoy segura que cada niño debe de tener su ritmo y no, por haber nacido en el 1 de enero, eres más o menos listo como para ir a un curso superior que el del 31 de diciembre (primera queja por mi parte) ¡¡Que cada uno debiera ir en su nivel según sus posibilidades!!,
    Yo desearía que no hubiera cursos sino niveles por materia. “Estoy en tercero para todo o, si no, en segundo”. ¡Pues no!, si se me dan bien las matemáticas, avanzo de nivel; y si no es así en lengua, me quedo en el nivel que me corresponda. Sin agrupar por cursos ni edades.
    En cuanto a la forma de aprender yo tampoco creo que la manera sea con un profe enumerador de conceptos y un examen al final, a ver si los recuerdo todos del tirón y si me olvido uno me bajan 0,25. Debe haber curiosidad. Porque como dije en la charla en #redesedu11 (La Rioja 26 de marzo minuto 38, aprox), para aprender la iniciativa debe partir de uno mismo. Así que alguien debe de inocular al niño la necesidad-deseo, de descubrir, indagar o profundizar sobre cada tema.
    Pero también deberíamos aceptar que, a cada uno, nos preocuparán cosas distintas. Habrá quien desee profundizar en música, otro en historia y otro en ciencias ¿qué más da? Lo importante es que cada uno encuentre algo con lo que disfrutar aprendiendo, para luego dedicarse a ello el resto de su vida.
    O no… Que soñar es gratis. Pero, lástima, tanto la educación perfecta como los individuos plenamente felices que trabajan en lo que siempre soñaron son utopías, que existen, como el pleno empleo…

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  12. Hola Catalina! No sé si con todo lo que he dicho en mis dos respuestas anteriores aún me queda algo por responderte.
    Yo no soy maestra, soy madre de hijos que tienen maestros, eso sí. Y también los llevo a un cole donde los métodos no son los estrictamente tradicionales. Trabajan mucho la investigación, documentación, preparación de materiales y el hablar en público. Sin ir más lejos, la semana pasada hicieron una excursión por Madrid donde cada uno debió documentarse y prepararse sobre un monumento. Llegado el día de la excursión, cada uno, hizo de guía a sus compañeros delante del monumento en cuestión. ¡Estaban motivadísismos!
    Lo triste es lo contradictorio del tema. A veces ¡yo misma!, aun estando contenta con el sistema. Me preocupo porque pasan mucho tiempo (aquí hilo con tu comentario sobre lo dicho por Jaime Olmos) investigando y preparando contenidos sin avanzar en otros… ¡¡Porque inevitablemente el sistema les hará un examen para compararles con otros colegios! O deberán pasar la selectividad llegado el momento.
    Y sí, estos chicos saldrán muy preparados para la vida real, ¿pero, y si por la nota, no pueden estudiar lo que deseen?

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  13. Laura, me parece muy interesante tu reflexión. Quizás por lo que a mí me toca (estoy entre la segunda y tercera etapa que mencionas) siento preocupación por lo que les deparará el futuro. En este sentido, nuestro papel debería ser de catalizadores de ideas, de creatividad y de talento, que lo tienen.

    Para ello, y después de analizar las causas por las que vemos que el sistema no funciona, debemos ponernos manos a la obra con decisión y valentía. En nuestra mano está que cambien las cosas, no podemos pretender que otros agentes tomen esta responsabilidad. Esto viene al hilo de tu pregunta final. ¿Que estamos haciendo mal? Creo que, en general, el sistema educativo está acomodado y costará cambiar esa percepción.

    ¡No nos podemos dar por vencidos!

    Saludos y abrazos desde Euskadi.

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  14. Gracias Jose Antonio!
    Tienes toda la razón para mí la gran dificultad es lo asentado que está el sistema y lo poco dispuesta que está mucha gente por hacer un esfuerzo "extra" para cambiar algo... ¡pero no perdamos la esperanza!
    Un abrazo desde Madrid (¡¡es la gran ventaja de Internet. ¡¡Donde no hay Distancias!!)
    :D

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  15. Un post muy polémico. Como dirían en mi tierra "si no sabes nadar no te metas pà lo hondo" y me permito decirlo por la sencilla razón de que observo que ni siquiera tu sabes para que eres maestro. Ya que: estas confundiendo Educación con Instrucción. Los docentes instruimos aportamos conocimientos dándole al discipulado la herramientas para adquirirlos... cierto? Bien educar al ser humano es una tarea de muchos; padres, comunidad, gobierno, docente educando con su ejemplo. Pero el gran error es cargarle al maestro no solo la instrucción sino la educación que se supone comienza en el hogar. Que pena contigo pero estoy en desacuerdo total con muchos de lo planteado.

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    Respuestas
    1. Gracias por opinar.
      Pero no hubiera estado de más que hubieras leído mi perfil (a la izquierda del Blog). No soy maestra. Soy economista y docente de Formación Profesional. Así que el punto de vista difiere...

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